¿Por qué aumentar tu capital de bienestar?
Cuando hablamos de bienestar general, generalmente es sinónimo de buena calidad de vida. A ello pueden contribuir varios factores, empezando por la gestión del estrés, el sueño, el buen funcionamiento de músculos y articulaciones, la digestión, etc. No hace falta decir que cuando se optimiza el bienestar físico, esto tiene un efecto positivo en el bienestar mental. El objetivo es que todos estos factores estén equilibrados para poder tener la mejor salud física y mental posible. Finalmente, minimiza el riesgo de lesión, o al menos acelera el proceso de curación si la hubiera.
Algunos consejos para mejorar tu bienestar general
Lleva una dieta saludable “Una mente sana dentro de una mente sana”. De hecho, adoptar una dieta sana, variada y equilibrada es una de las primeras recomendaciones que podemos poner en marcha para sentirnos mejor. Para ello es necesario disponer de un plato equilibrado y completo, con una fuente de proteínas (carne, pescado o huevo) ocupando 1/4 del plato, una ración de alimentos con almidón ocupando también 1/4 del plato, y por último una porción de verduras ocupando el resto. Una cucharada de aceite para diversas cocciones, así como un producto lácteo y una fruta completarán esta comida como postre.
De hecho, esto proporcionará todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, ya sea en términos de energía, pero también en vitaminas y minerales.
Por tanto, es obvio que una dieta rica en azúcares añadidos y grasas saturadas no aporta nada bueno al organismo. Las desventajas son más numerosas, incluidas las molestias digestivas y, más gravemente, los riesgos cardiovasculares, la diabetes y otras enfermedades crónicas. Además, no hace falta decir que debemos limitar al máximo (idealmente eliminar) el alcohol y el tabaco, que son perjudiciales para nuestra salud.
Sepa cómo gestionar su estrés
Saber gestionar el estrés en la vida diaria o cuando se acercan plazos deportivos o profesionales no es una tarea fácil y varía enormemente según cada individuo. Sin embargo, existen varias formas de aprender a controlarlo. En primer lugar, encontramos la conciencia plena. Es una técnica de meditación encaminada a vivir el momento presente, evitando así que la persona rumia constantemente sobre el pasado o lo que podría pasar. Además, otras técnicas de meditación y calmante como el yoga o la sofrología han demostrado ser eficaces para reducir el estrés. Finalmente, los consejos que siguen para mejorar el bienestar también son útiles para la gestión del estrés, como el sueño o la actividad física, ya que en realidad se trata de un círculo virtual.
Practicar actividad física
Es ampliamente reconocido que la actividad física tiene efectos positivos en la salud física y mental. Este secreta hormonas, endorfinas y dopamina, que se describen como “antidepresivos naturales”, reduciendo así el estrés y la ansiedad. Además, el deporte generará automáticamente un buen cansancio, mejorando así el sueño. De hecho, es la hormona llamada serotonina la que esta vez será secretada, facilitando así conciliar el sueño. Más allá de eso, desde el punto de vista físico, el cuerpo estará en mejor forma, con más energía. En el aspecto psicológico, se potenciarán las capacidades intelectuales, con una mejor concentración y una mayor productividad.